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DF Conexión Asia | Elecciones en la India: por qué deben importarnos

Alejandro Guin-Po Economista senior de LarrainVial Asset Management

Por: Alejandro Guin-Po | Publicado: Martes 14 de mayo de 2024 a las 04:00 hrs.
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Alejandro Guin-Po

En estos momentos se están desarrollando las elecciones parlamentarias en India –la democracia más grande del planeta, con casi mil millones de votantes habilitados para votar–, cuyo desarrollo es clave para los mercados emergentes y para el mundo, considerando el rol de su cada vez más pujante economía.

India, desde hace varios años, es un tema de interés, pero ha concitado especial atención desde 2022, cuando las economías comenzaban a reducir sus restricciones sanitarias y quedaba en evidencia la fatiga de crecimiento en China, quedando el subcontinente como uno de los principales beneficiados por el nearshoring y también por los vetos a las exportaciones rusas. Incluso, varios analistas auguran que la economía india superará a su vecino chino en los próximos años, como ya lo hizo a nivel de población total.

“El subcontinente es uno de los principales beneficiados por el nearshoring y también por los vetos a las exportaciones rusas. Y varios analistas auguran que la economía india superará a su vecino chino en los próximos años, como ya lo hizo a nivel de población total”.

Lo cierto es que las cifras indias sorprenden. Salvo con puntuales interrupciones, es el único país que ha mantenido su índice PMI manufacturero –indicador líder de actividad económica– en terreno optimista durante los últimos cinco años. A su vez, India mantiene niveles cercanos al 40% del PIB en inversión, enfocada en proyectos de infraestructura e industriales. Todo lo anterior cuenta con una expansión del crédito creciendo a doble dígito y un PIB que se debería empinar en torno a 7% este año y el próximo.

Este desempeño no ha sido accidental. El actual primer ministro, Narendra Modi, impulsó una serie de reformas estructurales que buscaron la liberalización económica, junto con avanzar en dos temas que han estado al debe en las últimas décadas, concretamente, una reforma agrícola y el desarrollo de infraestructura. Sin embargo, su liderazgo no ha estado exento de polémicas, especialmente de aquellos detractores que ven cómo la consolidación del poder de Modi puede suponer una amenaza a la democracia del país.

Los próximos planes incluyen el posicionamiento de India como un país desarrollado hacia 2050, con un enfoque más centrado en el desarrollo nacional que en las relaciones con países vecinos. Sin embargo, el país sigue sufriendo una gran desigualdad y notorios problemas respecto a desempleo e informalidad laboral, lo que consecuentemente tienen un notorio impacto en la pobreza.

Faltan varios meses para tener claridad absoluta, debido a lo particularmente largas que son las elecciones en India, que esta oportunidad tomarán 42 días. Los comicios se desarrollan por etapas regionales semanales que, si bien no entregan resultados oficiales, son seguidos de forma cercana por las coaliciones en disputa. A pesar de una desafiante logística dada por la cantidad de votantes y las carencias logísticas del país, la última votación alcanzó 67% de participación, muy similar a la elección estadounidense en 2022.

Las encuestas apuntan a una cómoda victoria del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP) –de Modi–, que debería ratificarlo como máxima autoridad gubernamental, considerando el régimen parlamentario del Estado, prolongando así un mandato que se extiende desde 2014.

De este modo, el principal desafío de Modi será poder generar un modelo económico sostenible y que sea compatible con expansiones del PIB idealmente superiores al 5%. Lo anterior debe estar vinculado también con un desarrollo social que pueda contener el malestar social, cuya manifestación ha sido el principal dolor de cabeza de las democracias liberales actuales. De ser así, quién sabe si en unos años más estaremos estudiando el “milagro indio”.

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